jueves, 31 de mayo de 2007

Almas en el Horizonte

Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre solo que a veces no la vemos porque nos quedamos paralizados frente a la que se cerro.
No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos... pero otras veces no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.
Deja que crezca el amor en el corazón de otra persona, y si no crece, se feliz porque creció en el tuyo.
Ama hasta consentirte en lo amado y mas aun hasta convertirte en el mismísimo amor.
El amor llega a aquel que tiene fe y espera, aunque lo hayan decepcionado...
A aquel que aun cree y sueña, aunque haya sido traicionado...
A aquel que todavía anhela amar, aunque antes haya sido lastimado...

...Y por sobre todo. llega al que tiene el coraje y la fe de seguir amando sin ser recompensado.
Dejemos que los demás sean auténticos, que sean ellos mismos, de lo contrario amaríamos el reflejo de nosotros en ellos.
No debemos fijar nuestra mirada en lo externo, ya que esto se puede perder en el camino de la vida.

No nos inclinemos tampoco por las cosas materiales, ya que nada es eterno.
Siente por alguien que te comprenda, que te haga sonreír, y que transforme tus amarguras en dulzuras.
Alguien que haga que un día oscuro brille solo para ti.
Alguien que cautive tu corazón y lo libere de sus cadenas... y que lo deje ser libre para sentir de verdad...

Hay momentos en los que uno extraña a alguien sin control, y no sabe por que...
Hay momentos en que nos invade un fuerte deseo de abrazar, besar y querer por siempre...

Es en esos momentos en que sentimos el amor de una manera única... el corazón se pierde en un estallido y vibra el alma tratando de llegar a ese ser que tanto deseamos...

Que bello es soñar con la persona amada, atravesar el tiempo y el espacio para unirse mas allá de nuestra imaginación, en ese mundo en el que soñamos estando despiertos, con sueños tan vivénciales que nos hacen sentir que ese ser esta ahí, solo esperando que demos un paso para cobijarnos entre sus brazos...
La felicidad espera a aquellos que sueñan...
Hay otras puertas que conducen nuevamente al amor...
La felicidad espera a aquellos que tratan de abrir esas puertas y que dejan de mirar la que en un momento los paraliza...
Solo hace falta entregarse a esa nueva ilusión, dejarse consumir por el fuego de esa llama y proponerse no poner límites a esas sensaciones.
Porque el verdadero amor no conoce de límites ni de fronteras y podemos encontrar nuevamente a quien amar, más allá del horizonte.

miércoles, 30 de mayo de 2007

RUSH

Llevo dos días bastante "musical" en el blog... Aunque si a ver vamos todo el tiempo ando musical... a diario camino a casa con mis audífonos (auriculares) puestos sin dejarlos ni un segundo. Siempre buena música, una mezcla de todo lo que me gusta... Llego a casa y continúo escuchándola, y mis mañanas me despierto poniéndola. Así que no es raro sentir ganas de compartirla con mis amigos del blog. Abro este tema pensando en varias personas que se adoran la buena música. Imposible resistirme esta vez a hablar un poco de la super banda Rush. Por allá los los setentas, cuando esta humilde servidora tuvo la suerte de nacer, ya para ese entonces mis hermanos mayores contaban con edad suficiente como para ser mis padres (soy la menor de 7 hermanos, cuando nací la mayor de ellos tenía 19 años). Y bueno, la verdad eso fue una suerte, ya que ellos, los mayores eran una partida de hippies recién saliendo de la adolescencia. No recuerdo la primera vez que escuché RUSH, solo se que siempre estuvieron allí... Nunca fui una niña como cualquier otra, me encantaba sentarme horas y horas a ver las portadas de los Lps, y escuchar a mi hermano hablar de como, cuando, y porque se habían formado estas agrupaciones. Cuando tuve uso de razón agradecí todo esto, creo que mis gustos musicales me llevaron a nutrir buena parte de mi cultura (la poca que puedo tener) y me llevó a un creciente apetito por buscar más y más. En fin, me he desviado del tema central... Aquí les dejo un par de vídeos de Rush, el primero Fly by night, tema que tengo grabado en mis más antiguos recuerdos, y el otro Tom Sawyer.... simplemente porque se lo quiero dedicar a un gran amigo... (claro, mi amigo Tom)

FLY BY NIGHT

TOM SAWYER

Reunidos por tres décadas, los canadienses Alex LIFESON (guitarras), Geddy LEE (voz, bajo y teclados) y Neil PEART (batería y percusiones) han sabido inyectarle al progresivo la vitalidad y frescura que las bandas de rock pesado iniciaron bajo el reinado de LED ZEPPELIN, para después internarse sabiamente en los terrenos del pop de los 80 y del grunge de los 90. Gracias a ellos fue que los sonidos a la PAGE y PLANT se fusionaron con las percusiones a la Bill BRUFORD y que la estética literaria de los 70 encontró nuevos ecos durante 20 años más.

El principal compositor de RUSH, Neil PEART, siente predilección por la ciencia ficción y la literatura fantástica. Cuando sustituyó al baterista inicial. John RUTSEY, sus letras confirieron identidad a lo que antes era bastante similar a LED ZEPPELIN o CREAM. Su influencia se reveló por completo en "2112", álbum de concepto futurista de 1976, que unía sus argumentos a la maestría musical del trío de Toronto. Con los años acumularon una excelente empatía; aunque PEART limitó algo sus canciones largas y complejas (incluso empezaron a tener sencillos exitosos tras 'The spirit of radio' en 1981), la fórmula cambió muy poco. Cuando lo hizo, perdieron empuje, pero a principios de los '90 volvieron a lo que hacían mejor, con álbumes como "Roll the Bones" y "Test for Echo", situados en los primeros cinco de Estados Unidos.

“Aunque nuestros fans creen saberlo todo de nosotros, NO LO HAN SABIDO NUNCA.”

Características únicas y adaptables ante el cambio. A lo largo de su carrera, RUSH ha experimentado cuatro etapas básicas: en la primera suenan excelente y es –al menos para mí, la más creativa. En la segunda se van un poco más hacia las música melódica pero forjan un progresivo sinfónico bien particular. En la tercera se comercializan y en la cuarta no se qué les pasó. Pareciera que la fama los hundió un poco para dedicarse más a hacer sonidos para radio. En todas ellas tienen buenas representaciones, culminadas con un álbum en vivo en donde se puede apreciar mejor estas formas musicales. Buen grupo, música enérgica, bajo, batería y teclados bien complementados, teniendo sólo un cambio en su alineación y siendo los mismos desde su segundo disco.

Aparentemente RUSH pretende dar inicio a una quinta etapa con su disco "Vapor Trails", un disco totalmente encausado a los sonidos duros comercialmente exitosos de finales de los '90 e inicio de siglo, diciendo adiós al progresivo en 100%. Bueno, hay indicios de que ya lo estaban haciendo desde el disco "Presto". De cualquier forma, para quienes piensen que el progresivo no debe ser regresivo sino evolucionar, esta nueva etapa puede ser gratificante, como gratificante fue el concierto que estos canadienses ofrecieron.

Reseña extraída de Manticornio

GERTRUDIS

Hace poco más de un año, el foro de literatura donde estoy organizó un concurso de relatos... Para ese entonces no habían tantos foreros registrados como los hay ahora, aún así la competencia estuvo dura. En ese entonces varios amigos me animaron a participar, yo, que solo había probado escribir algo (unas pocas líneas prácticamente) hacia pocos meses, y que no tenía ni idea de como estructurar una historia... Igual estos amigos cumplieron su parte y terminaron animándome a escribir, envié el relato a los jueces y esperé ver que tal. Luego, el día que iban a decir los ganadores, los que participamos publicamos nuestros relatos para que todos pudiéramos leerlos. Recuerdo que el de mi amigo Jaime era mi favorito (si, para mi siempre será el relato ganador), también el de Fer... y aunque ninguno de nosotros quedó ni cerca de los tres primeros puestos, pues quería compartir con todos aquellos que no estuvieron allí aquel relato con el que competí. Nada especial, y aunque no gané, muchos de mis queridos amigos me dieron buenas críticas... Aun les agradezco por eso. Los dejó con GERTRUDIS, para los que quieran y se animen a leerlo...


GERTRUDIS

Eres lo que piensas, quisieras ser lo que sueñas, y al final te conviertes en lo que haces…

Actualmente veo mi vida como un enorme laberinto de acontecimientos. Nací en una de las familias más opulentas de la ciudad, hija única de una joven pareja, recuerdo con nostalgia la enorme casa en la que vivíamos. Casi nunca veía a mis padres, quizás porque estaban muy ocupados para mí, solo sabía que siempre regresaban de viajes largos llenándome de regalos hermosos y exóticos, quizás demasiados para una niña tan pequeña. Pero eso a mi no me importaba en absoluto, ¡me gustaban todos esos regalos!, aunque mi emoción por ellos se evaporaba con rapidez, y después de algunos días mis padres volvían a desaparecer de mi vida. Siempre había sido de esa forma, así que en mi pequeña mente lo veía como parte de la vida. De aquellos días guardo para mí los atardeceres más hermosos, entre las aves del jardín, el olor de las flores, los insectos que atrapaba de los rosales, aquellas cosas que únicamente notamos cuando somos niños y que forman parte de nuestro universo. Un día, siendo yo aún muy pequeña, alguien llamó a la puerta; yo me hallaba como siempre en los jardines jugando, escondida entre los arbustos. De pronto vi acercarse a mi nodriza con lágrimas en los ojos, me vio y tomando una de mis pequeñas manitos me condujo hacía el interior de la casa. Allí se encontraba sentado un hombre alto y muy delgado. Se puso de pie mientras nos acercábamos, me miró fijamente y sin muchos adornos me dijo:

-Pequeña, tengo malas noticias para ti, tienes que ser fuerte porque desde ahora estarás sola en el mundo. Tus padres han fallecido.

Sentía la voz de mi nodriza a mis espaldas que entre lágrimas decía: “–no puede ser, no puede ser”. Pero mi mente no podía entender la dimensión de todo aquello, solo pensé que probablemente no tendría más aquellos maravillosos regalos que me traían cuando volvían a casa. Este hombre me dijo (seguramente con las palabras más sencillas que pudo conseguir) que no existía ningún familiar que se hiciera cargo de mí, y que los tutores de mi fortuna estaban haciendo los ajustes para lo que sería mi vida de ahora en adelante. Tiempo después comprendí aquellas palabras que en ese instante eran todo un enigma.

Los primeros días, tristes y sombríos, pasaron rápidamente, o sería quizás que mi mente inocente no quiso guardar aquellos recuerdos. Tenía que permanecer en mis habitaciones, usando un odioso vestido negro, y sólo podía observar por la ventana como caía la lluvia, porque desde que se desataron aquellos terribles acontecimientos parecía que siempre llovía y nunca cesaba de hacerlo. Todo fue cambiando a un ritmo precipitado para mí. La noticia de la muerte de mis padres no era tan terrible como aquel encierro en el que me habían sometido. Poca gente entraba a mis habitaciones, siempre desconocidos. No había vuelto a ver a mi nodriza, los días eran largos, eternos.

Poco tiempo después apareció nuevamente aquel hombre alto y delgado que me había hablado de la muerte de mis padres. Me tomó de la mano y me condujo hacia un carruaje. Veía por la ventanilla como pasaban las casas y los edificios, luego los árboles, hasta seguir con un cielo gris y oscuro que no parecía tener fin. Debimos andar mucho tiempo porque me quedé dormida, y desperté cuando escuché una voz que me llamaba y me invitaba a bajar del carruaje. Estaba en un sitio ajeno, rodeada de personas extrañas, mujeres que parecían inmensas, vestidas con oscuros ropajes, de la cabeza a los pies, y me miraban severamente. Yo me escondía en vano detrás de las piernas de aquel hombre que me resultaba un poco más familiar, pero en un instante éste se arrodilló, me tomó por los hombros, dándome un suave beso en la frente, me miró unos segundos y por último se despidió de mí. Lo vi alejarse dejándome entre aquellas personas que no conocía y que parecían estar siempre enojadas. Una de ellas se dirigió a mí y me dijo:

-Niña, ahora estarás a nuestro cuidado, soy la Madre superiora, velaremos por ti, proporcionándote la educación necesaria para convertirte en una señorita de bien, digna de tu noble apellido.

Aquellas palabras ahora me suenan más como una sentencia de muerte, que como una esperanza de vida. Me dijo que la siguiera y así lo hice. Todo en aquel lugar parecía emanar tristeza y soledad: Corredores eternos que se perdían en la oscuridad, muros altos, vacíos y fríos; ese silencio impenetrable que solo era roto por nuestros pasos apenas perceptibles; el olor a añejo que despedía cada objeto, cada mueble por el que pasábamos, todo parecía tener siglos de soledad y tristeza. Me condujo ese día a mi habitación y me dio instrucciones de permanecer allí hasta que vinieran a buscarme. Este espacio era igual a todo lo demás, triste, frío y gris; yo que estaba acostumbrada al sol de las mañanas, al aroma de la hierba, al canto de los pájaros ahora me tropezaba con este nuevo mundo de sombras. Fui hacia el rincón más alejado de la habitación y allí me agaché, no podía pensar nada, más fue la primera vez que sentí dolor, un dolor que no provenía de alguna parte de mi cuerpo, sino que nacía del alma, una lágrima solitaria se deslizó por mi mejilla, hasta llegar a mis labios, aún recuerdo el sabor amargo que ésta me dejó, fue la primera lágrima de dolor que sentí en mi vida… en ese entonces contaba yo con cinco años de edad.

Esos primeros días en el internado los recuerdo con una sensación de vacío y soledad. La mañana siguiente a mi llegada muy temprano fueron a buscarme. Sacaron un vertido gris (siempre gris) y lo pusieron sobre la cama; fue la primera vez que me vestía yo sola, así que traté de hacerlo lo mejor que pude sólo para no recibir miradas de desaprobación de aquella mujer que me observaba sin ningún gesto. Me condujo hacia un Aula de clases llena de chicas, todas en edades semejantes a la mía, que posaban sus miradas en mí. No recibí ninguna sonrisa, ningún gesto, nada que pudiera hacerme sentir bienvenida a ese mundo del que ahora comenzaba a formar parte. Me senté en la silla que me asignaron y permanecí muda y distante. Siempre fue así; nos permitían salir a los amplios patios del internado varias veces al día, y la primera vez que los vi pensé que eran exactamente igual al interior: El sol era gris, los árboles eran grises, el césped era gris, el cielo siempre estaba gris, las pocas flores que habían carecían de aroma, los pájaros cantaban con tristeza y no había insectos que atrapar. Así que me dejaba caer a los pies de algún árbol, rodeaba mis piernas con mis brazos, y me balanceaba de atrás hacia adelante, mirando sin mirar, pensando sin pensar, y sintiendo sin sentir, tratando en vano de despertar de aquella pesadilla, porque no podía ser otra cosa, y creía que tarde o temprano abriría los ojos y todo esto desaparecería.

Mis compañeras jamás me dirigían ni una sola palabra, pasaban a mi lado haciendo sutiles burlas, siempre murmurando, nunca hubo una sonrisa, o un gesto, nada que me permitiese acercarme a ellas; así que mis pocos momentos libres los pasaba a solas bajo aquel árbol. Las noches eran lo peor, después de la cena nos hacían rezar por horas y horas, y cuando era el momento de dormir apagaban cualquier fuente de luz y todo se sumía en las tinieblas; algunos días escuchaba ruidos, pasos que se acercaban en los corredores, voces con llamadas misteriosas. Sin embargo no eran estas noches las que me daban más temor; eran las noches mudas, con un silencio espeso que me taladraba los oídos, las que más me hacían temblar.

No sé cuanto tiempo tenía ya en el internado, aquella tarde en que la conocí. Yo estaba como siempre a los pies de mi árbol, con la mirada perdida, indiferente a todo a mi alrededor, cuando algunas niñas se acercaron hasta donde me encontraba.

-No te queremos aquí – Me dijo la que se había adelantado a las demás- este es nuestro jardín, ¡así que tienes que marcharte!

Yo simplemente seguí mirando al frente, ya que esas palabras carecían de algún significado en mi mente, quizás un insecto en su vuelo me hubiese causado mayor impacto, que aquellas frases.

-¡Vete ya! – gritó la misma niña. Y al ver que sus amenazas no hacían mella se precipitó hacia mi cuerpo y comenzó a patearme, seguida por las demás que halaban de mis cabellos y me acertaban golpes con sus manos.

Me levanté como pude y corrí, corrí muy rápido sin saber a donde ir, ya no quería pensar, no quería sentir, y me preguntaba una y otra vez porqué no despertaba de aquella pesadilla. Ya sin aliento me detuve a los pies de una edificación, que parecía ser la parte posterior del internado. Había aulas y pasillos similares a los que yo siempre veía, solo que estos estaban abandonados, las hojas de los árboles cubrían el piso como una alfombra, y algunas paredes estaban a medio derrumbar. Me senté a los pies de una escalinata a recuperar el aliento; no iba a llorar, ya nunca más quería probar el sabor de aquellas lágrimas amargas. Y así estuve algunos minutos, absorta en mis pensamientos, cuando repentinamente ella apareció por uno de los corredores, tan linda, tan especial, y con aquella hermosa sonrisa que no olvidaré nunca. Al principio pensé que se trataba de una de las niñas que me había hecho daño, pero enseguida me di cuenta que no era así, ya que sus ojos me miraban tiernamente mientras me regalaba una sonrisa, ¡hacía tanto tiempo que nadie me miraba de aquella forma!, así que traté de devolverle el gesto lo mejor que pude, porque mis labios también se habían olvidado de sonreír. Seguidamente se sentó a mi lado mientras decía:

-Hola, me llamo Gertrudis, ¿cual es tu nombre?- me preguntó con la voz más dulce del mundo. Yo había olvidado que tenía un nombre, un hermoso nombre, hacía tanto que solo era una “niña” más en aquel mundo de pesadillas, así que la miré y solo le contesté:

-Mi nombre es Sofía.

Nos quedamos allí sentadas sin decir nada más. Sentía que sólo su compañía era la mejor medicina para mi alma, un alma que se había contagiado de tristeza y de soledad, de desesperanza y de abandono. Así que solamente el hecho de sentirme acompañada era más que suficiente. No pasó mucho rato para que sonara la campana que anunciaba que tenía que volver al edificio principal, así que le dije: “-Tenemos que regresar”. Y ella volvió a sonreír y se levantó. Caminamos juntas por el jardín y al llegar a las escalinatas que daban entrada al pasillo central me miro y me dijo: “-Ahora somos amigas, y nos veremos siempre”. Segundos después nos separamos, pero ese día sentí que Gertrudis había llegado como un destello de luz entre tanta oscuridad y por primera vez en mucho tiempo un rayito de alegría iluminó mi corazón.

Los Meses pasaban rápidamente en el internado. Yo ya me había acostumbrado a que todos los días fueran exactamente iguales. Solo cambiaban los domingos, cuando nos hacían ir a la iglesia por más tiempo, mucho más tiempo, y pasábamos más horas en nuestras habitaciones, pero sólo sabía cuando cambiaban las estaciones por los avisos de la naturaleza: Las flores sin aroma de la primavera, el calor sofocante del verano, el manto de hojas que dejaba el otoño, y las frías noches del invierno. Algunos días no encontraba a Gertrudis por ningún lado, la buscaba en los corredores, en los jardines, en las aulas, sin poder encontrarla, pero cuando menos lo esperaba allí estaba ella. En ocasiones me hallaba en la iglesia rezando, miraba hacia atrás y al final de la fila la encontraba sonriéndome; otras veces escondida entre los árboles, o esperándome en las ruinas del edificio antiguo. Pero por lo general siempre venía a mí cuando más sola me sentía, hablábamos poco, pero la compañía era más que suficiente para ambas.

No todas las chicas que estaban allí eran huérfanas como yo, de hecho en los días del verano el internado solía quedarse casi desierto ya que las familias de la mayoría de las niñas las llevaban con ellos para pasar las vacaciones. Odiaba esos días en las que las veía esperando que vinieran por ellas, llevando hermosos y vaporosos vestidos de colores pasteles, con sombreros amplios adornados con cintas y encajes, hasta sus rostros parecían recobrar color y vida. Y yo contemplándolas desde lejos, con mi vestido gris y negro, que ya parecía combinar con mi personalidad. Los veranos no tenían nada de particular para mí, y si los disfrutaba era porque no había chicas que me lanzaran miradas odiosas en los patios, o risas de burla en las aulas, y nos dejaban pasar más tiempo en los jardines. Gertrudis tampoco tenía más familia, así que se quedaba conmigo. En cierta oportunidad me contó que antes tenía un hermanito, con el que siempre jugaba, pero que había muerto hacía tiempo. Así que le dije que ya que las dos estábamos solas en el mundo podríamos ser hermanas. Y así fue como se convirtió en mi hermana de sufrimientos y tristezas.

¿Que puedo decir de aquellos años en el internado?, no hay mucho más que contar. Todos pasaron exactamente igual, uno copia del otro. Continué tan solitaria como siempre, únicamente conversaba con Gertrudis, ni aún en las aulas de clases me animaba a pronunciar palabra alguna, así que al parecer todos me tomaron por muda, o por que quizás había perdido el habla, y era mejor así, no había preguntas por responder, ni explicaciones que dar. Pero siempre fui objeto de burlas de mis compañeras. Ni un sólo día me habían dejado de molestar; me hacían tropezar para que cayera de bruces en las aulas de clases, mojaban mis anotaciones para que las volviera a escribir, ponían insectos en mi silla, todo este tipo de cosas que yo ya miraba de forma indiferente. Se las contaba a Gertrudis como si fuesen cosas cotidianas, aunque a ella si le molestaban, le disgustaba que me trataran así, quizás porque me quería tanto que no podía soportar que me dañaran de algún modo, pero igual yo la tranquilizaba diciéndole que no me importaba nada con tal y ella siguiera siendo mi amiga, mi hermana.

Con forme transcurrían los años todas íbamos cambiando. Sin darme cuenta llegué a mi décimo tercer cumpleaños, ya habían pasado ocho años desde mi arribo al internado. Mi vida se había convertido en aquellas paredes que ya no me resultaban tan grises, en esos árboles que con el tiempo parecían haber recobrado algún color, y hasta los pájaros ya no cantaban con la misma tristeza; todo era parte de mí, y yo era parte de todo. El sol, ¡el sol era mi querida Gertrudis!, siempre tan alegre para mi, siempre acompañándome, era la única que me entendía, la única con quién hablaba, la única en todo.

Físicamente todas empezábamos a experimentar cambios. Mi figura comenzaba a moldearse, mi rostro era mas fino, mis ojos azules, profundos y misteriosos, pero era mi cabello largo y rubio lo que siempre me gusto más, era abundante y terminaba en hermosos rizos, y sabía que era la envidia de muchas de mis compañeras. Gertrudis también iba cambiando, sus cabellos eran negros como el ébano, su rostro dulce y sutil, tenía unos ojos tan lindos y azules como los míos, su piel blanca y pura como la nieve le daba una belleza que yo sentía no podía ser superada por nadie más. Jugábamos entre las dos para ver quién era la más hermosa, pero para mí siempre ella ganaba.

Por esos días todas las demás me miraban de forma diferente, sentía sobre mí las miradas de envidia y celos. Yo como siempre no les ponía el menor cuidado; no tenía idea hasta donde podía llegar su maldad. Una tarde estaba sentada al pie de un árbol, absorta con un libro entre mis manos, no las sentí llegar, pero cuando las tuve frente a mí alcé los ojos y las miré una a una. Ingrid era la que siempre se adelantaba a hablar, la líder de su grupo. Ella fue la niña que me golpeó y me echó del jardín el día que conocí a Gertrudis. Y en esta oportunidad volvió a dirigirse a mí, con su voz odiosa y petulante:

-No me gusta tu cabello, eres una presumida y quiero que te lo cortes – sentenció.

Esbocé una pequeña sonrisa mientras la observaba fijamente y sin esperar más me abalancé contra ella para golpearla, sabía que si no lo hacía yo, ella lo haría después. El factor sorpresa me ayudó, ya que podía ver en sus ojos el terror y el dolor que le producían mis golpes, y todas las demás se quedaron petrificadas al ver mi reacción. Descargue la rabia y los resentimientos de todos esos años en los que me habían sometido a sus maldades, y para poder separarme de ella tuvo que venir una de las monjas y sostenerme. Claro, fui castigada por ese acto, me llevaron ante la Madre Superiora, la cual me hizo mil preguntas que nunca contesté, y al ver esto me mandó tres días seguidos al cuarto de castigo. Nunca había estado allí, pero sabía por los rumores que era asfixiante y oscuro. Y quizás si lo era, pero tenía para mi consuelo la satisfacción de haberme desquitado, así que esos tres días fueron un precio muy bajo para lo que sentía dentro de mí.

Los días siguientes volví a mis actividades rutinarias, nada parecía haber cambiado. Quizás las chicas me miraban con más odio, pero yo hacía como si no las notara. Cuando por fin le conté a Gertrudis lo que había pasado ella rebosó de alegría, reímos las dos como nunca. Fueron días demasiado tranquilos, quizás con una tranquilidad demasiado evidente, debí darme cuenta que era la calma que precedía a la tempestad.

Pocas semanas después de la pelea, una noche en la que todo parecía tan normal como siempre, me fui a la cama. No percibí los pasos, ni los murmullos hasta que fue demasiado tarde. Cuando desperté tenía las manos y los pies inmovilizados por las manos de todas aquellas que sonreían burlonamente. Taparon mi boca mientras con unas tijeras afiladas comenzaron a cortar mis hermosos cabellos hasta que no quedo una sola hebra. No conformes con esto rasgaron mis pijamas hasta dejarlas en jirones y solo en ese momento me soltaron entre risas que ya no eran silenciosas, sino que estallaban en mis oídos como un concierto de burlas. En mi cama habían quedado mis hermosos rizos dorados, los tomé, los sostuve en mis manos y salí de la habitación. Corrí, corrí por los pasillos como aquel día lejano en mi pasado, deseando como en aquella oportunidad despertar de esa pesadilla; corrí llorando descargando las lágrimas, que contuve durante tantos años, preguntándome mil veces “porqué”. Corrí sin aliento deseando que la tierra se tragara todo y yo con ella. Sin saber cómo llegué al mismo sitio donde había conocido a Gertrudis, miré las escalinatas y me volteé, y allí estaba ella, igual que la primera vez, sólo que ahora fui yo la que se adelantó para echarme a llorar a sus pies. Lloré desconsoladamente. Sin emitir palabras, y aún entre sollozos, subí poco a poco mis manos y le mostré los cabellos que aún guardaba entre mis dedos. Su mirada cambió en un segundo y con rabia miró hacía el jardín; yo sabía que no hacía falta darle más explicaciones. Se dirigió por el mismo lugar en donde yo había llegado; mis ojos la siguieron hasta que se perdió de mi vista, pero no tuve ánimos para ir tras ella. Sobre mi espalda había una pena y una desesperanza que pesaban más de lo que podía soportar. ¿Cuánto tiempo estuve allí? No lo se, quizás algunos minutos, hasta que por fin logré levantarme, miré mis pijamas y con uno de los jirones sequé mis lágrimas.

Comencé a caminar despacio, entre los árboles del jardín; pero no fue hasta que estuve muy cerca que noté un tumulto de personas a los pies del edificio. Me fui acercando a ellas, absorta en mis pensamientos. Todas lloraban, algunas chicas parecían desmayadas en los brazos de las monjas, las cuales tenían el terror dibujado en sus rostros; ¿Qué había pasado? Ya estando junto a todas ellas seguí sus miradas de horror y allí, tirada en el piso estaba en cuerpo sin vida de Ingrid, con los ojos abiertos perdidos en el infinito, y un hilo de sangre brotando de sus labios. Miré hacía arriba y noté que la ventana de su habitación estaba abierta, y me pareció ver por un segundo una sombra imperceptible que se escondía entre los pliegues de la cortina. Nadie más pareció notarla.

Después de ese terrible incidente nos interrogaron a todas, se supo lo que había pasado en mi habitación minutos antes de la desgracia, pero todos me habían visto llegar caminando desde la parte posterior del jardín, así que descartaron que por algún arrebato de venganza yo hubiese arrojado a Ingrid por la ventana. Al final concluyeron que fueron los remordimientos los que impulsaron a esa “dulce” niña a arrojarse por la ventana y acabar con su vida. Yo sabía que no había sido así.

Mientras pasaba el alboroto que todo esto había provocado, nos mantuvieron encerradas en nuestras habitaciones. Y algunos días después una de las hermanas llamó a mi puerta diciéndome que preparara mis maletas. “– ¿Mis maletas?”, pregunté, pero no recibí más explicaciones. Así que empaqué todo lo que poseía en este mundo: algunos libros, los vestidos de mi uniforme escolar, y nada más. Esperé y la misma hermana de antes vino a buscarme. Me llevó hasta el lobby y allí encontré a aquel hombre delgado que tantos años atrás me había dejado allí. Me miró sonriendo:

- Cuanto has crecido Sofía, ya eres toda una señorita.

Me contó que debido a los acontecimientos que habían ocurrido en los últimos días, mis tutores habían decidido que dejara el internado lo antes posible. No dije nada. Como la primera vez me limité a seguir a aquel hombre. Abrió la portezuela del carruaje y me ayudo a subir. Hacía ocho años que no había dejado aquel lugar, y el sólo hecho de pensar en hacerlo me daba temor. Pero igual lo hice. Mientras comenzábamos a desplazarnos me asomé a la ventanilla, buscando entre los árboles aquella figura, no podía creer que dejaba a Gertrudis sin haberme despedido de ella, sin decirle que volvería a verla algún día, sin hacerle sentir que la iba a querer por toda la eternidad. Y en ese instante, entre los árboles la vi. Estaba tan hermosa como siempre, sonriendo para mi, más sólo unos instantes después me percaté que la imagen que tenía frente a mi no era la de la joven adolescente que había visto hacía algunos días, sino la de la niña que había conocido tantos años atrás. Cuando traté de verla nuevamente para confirmar que mis ojos no me engañaban ya no estaba. Así que terminé atribuyendo esta fugaz visión a una confusión de mi mente.

Y así dejé atrás aquellos años de encierro que tanto me habían marcado. Mi vida siguió adelante. Mis tutores decidieron que continuara mi educación en el extranjero. Muchos años después volví a mi país convertida en una dama de la alta sociedad. Lo primero que hice fue dirigirme al internado para tratar obtener alguna información que me pudiera ayudar a encontrar a Gertrudis. Las monjas muy cordialmente me atendieron y trataron de ayudarme. Les di su descripción, todo lo que sabía de ella, pero coincidieron en que no sabían a que niña me refería. Buscaron arduamente en los registros sin encontrar nada. Pero tratando de hacer memoria una de ellas recordó que no fue en mi tiempo que una niña con esas características había estado allí, y me contó la trágica historia de una pequeña niña y su hermanito, que doscientos años atrás habían sido brutalmente asesinados en los jardines del internado. El nombre de la niña era Gertrudis.

martes, 29 de mayo de 2007

MOSTLY AUTUMN

Ahora relajémonos un poco con la excelente música de Mostly Autumn, y la canción Mother Nature.


Este grupo realiza un rock progresivo que se asemeja mucho a una fusión FLEETWOOD MAC + PINK FLOYD, decorada con guirnalda folk y sinfonismo.

MOSTLY AUTUMN
se formalizó a finales de los '90 con Bryan JOSH, Heather FINDLAY, Iain JENNINGS, Liam DAVISON, Bob FAULDS, Stuart CARVER, Kev GIBBONS y Allan SCOTT. En el primer álbum del grupo Angela GOLDTHORPE y Che fueron acreditadas como músicos adicionales, convirtiéndose eventualmente en miembros regulares de la banda. Para el segundo álbum, el baterista Allan SCOTT fue remplazado por Rob McNEIL y para el tercero Rob McNEIL fue remplazado por Jonathan BLACKMORE mientras que Stuart CARVER fue remplazado en el bajo por Andy SMITH
.

MOSTLY AUTUMN ha sido un grupo que no se caracteriza precisamente por la estabilidad de sus miembros (tal vez esto explica el tiempo que hay entre cada nueva producción). Más o menos a partir de 2003 dio inicio una serie de intercambios de integrantes y de dimisiones por buscar la hechura solista o retornar a las raíces iniciales. La alineación más reciente está formada por Bryan JOSH, Heather FINDLAY, Angela GOLDTHORPE, Chris JOHNSON, Andy SMITH, Gavin GRIFFITHS y Olivia SPARNENN, pero no se puede asegurar que sea la misma en el siguiente álbum de la banda.

Reseña extraída de Manticornio

La tragedia de los sentimientos

Que la condición humana es trágica es algo que no tiene vuelta de hoja. Nacemos para morir. Nuestro paso por este mundo es temporal y nuestro precioso planeta también, así como las galaxias y quién sabe si también el universo entero. Y sin embargo existe algo en nosotros, los humanos, que tiende hacia lo eterno. Puede que tan sólo sea una expresión de deseo, un no querer desaparecer, un querer permanecer de cualquier modo o manera. Puede que sea un querer negar la muerte, pero ése me parece un argumento demasiado simple como para que sea tan universal ese afán de trascendencia.

Una buena prueba de ello son los sentimientos. Alguien me preguntó el otro día si creía que el amor era eterno y le contesté que quizá el amor no lo era pero sí su huella. Parecería que el sentimiento es un lenguaje del alma; puede que la mente y el cuerpo tengan que ver con ellos también, pero el crisol donde se elabora es el alma. El sociólogo italiano Francesco Alberoni define el enamoramiento como "un estado naciente"; Stendhal define el amor como una cristalización del sentimiento en los seres que se aman, de la que surge algo nuevo a partir de lo cuál se vive desde entonces. Sea cuál sea la forma de explicarlo, la esencia de ello es una huella indeleble que pasa a formar parte de la identidad de la persona. Y esa huella que nos configura como seres amantes se convierte en el eje de nuestra existencia. El afán de trascendencia de la condición humana querría que el amor fuese eterno, pero el amor se traduce en actos y lenguajes temporales y, como todas las cosas sujetas al tiempo, va cambiando. Sin embargo, y no se sabe por qué, aunque el amor ya no nos habite, la huella de su paso permanece.

Como una gran cicatriz de un intenso combate. Esa huella que deja el sentimiento cuando ya es historia va configurando nuestro presente y nuestro futuro. A partir de lo vivido sentimentalmente, nuestra vida discurrirá, de ello la importancia de amar y ser amado. Hay personas que creen que el campo de los sentimientos es un gran mercado donde se puede escoger siempre. Si un amor no ha funcionado como se esperaba, se busca un recambio y a probar otra vez; y así de individuo en individuo. Pero un individuo no es una persona y puede que el amor tan sólo habite a las personas. Kant decía que "la persona es un fin en sí misma y no puede ser sustituida por otra". Quiero decir con ello que relacionarse amorosamente con una persona requiere tiempo. No se trata de una "funcionalidad" prediseñada anteriormente, sino del reconocimiento de los sentimientos propios y del otro y de todo un tiempo dedicado a ello. Es posible que algunos momentos vividos se conviertan en eternos en el patrimonio sentimental de cada cual, pero lo que es un patrimonio valioso también es algo con lo que vivir cuando esos momentos ya han pasado, con toda la añoranza que puedan suscitar. Pero somos seres cambiantes, todo lo que está vivo cambia y el lenguaje de los sentimientos también se halla sujeto a esa ley del cambio aunque, y quizás sea eso lo eterno, la huella de su paso permanezca.

También es posible que tengamos un límite para las huellas de los sentimientos vividos, tal vez el ser humano pueda con los sentimientos sólo hasta un determinado umbral. Quizás no se trate de "mucho", sino de lo adecuado. En esos nuestros tiempos se anuncia como una "gran felicidad" la intensidad. Sin embargo, el sol calienta, pero también quema.


Remei Margarit

Aprenderás

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas.... Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío. Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado. Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma.... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida. Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que mas te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos. Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y sino lo sabes cualquier lugar sirve...

Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...

Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene mas que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos. Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la
esperanza. Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel. Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo... No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía mas.

Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla!!!

William Shakespeare

La Fortaleza de un Hombre

La fortaleza de un hombre no está en el ancho de sus hombros..
Está en el tamaño de sus brazos cuando abrazan.

La fortaleza de un hombre no está en lo profundo del tono de su voz...
Está en la gentileza que usa en sus palabras.

La fortaleza de un hombre no está en la cantidad de amigos que tiene...
Está en lo buen amigo que se vuelve de sus hijo.

La fortaleza de un hombre no está en como lo respetan en su trabajo...
Está en como es respetado en casa.

La fortaleza de un hombre no está en su cabello o su pecho...
Está en su corazón.

La fortaleza de un hombre no está en lo duro que puede golpear...
Está en lo cuidadoso de sus caricias.

La fortaleza de un hombre no está en las mujeres que ha amado...
Está en poder ser verdaderamente de una mujer.

La fortaleza de un hombre no está en el peso que pueda levantar...
Está en las cargas que pueda llevar a cuestas.

Será la risa contagiosa?

Miren este vídeo y díganme si al menos no les ha arrancado una sonrisa :)

lunes, 28 de mayo de 2007

Envejecer es obligatorio, crecer es opcional


En el primer día de clase nuestro profesor se presentó a sus alumnos, y nos desafió a que nos presentásemos a alguien que no conociéramos todavía. Yo permanecí de pie mirando alrededor cuando una mano suave tocó mi hombro. Miré para atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser. Ella dijo:
- Hola buen mozo. Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad. Puedo darte un abrazo?
Yo reí, y respondí entusiásticamente:
- Claro que puedes! - y ella me dio un gigantesco apretón.
- ¿Por qué estás en la facultad a tan tierna e inocente edad? - pregunté.
Ella respondió bromeando:
- Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un par de hijos, y luego jubilarme y viajar.
- Estás bromeando – le dije.
Tenía curiosidad por saber lo que la había motivado a entrar en ese desafío a su edad, y ella dijo:
- Siempre soñé con tener estudios universitarios, y ahora ¡lo estoy haciendo!
Después de la clase caminamos para un lugar de reunión de estudiantes, y compartimos un “milkshake” de chocolate. Nos volvimos amigos instantáneamente.
Todos los días en los próximos tres meses tendríamos clase juntos y hablaríamos sin parar.
Permanecía siempre extasiado escuchando aquella “máquina del tiempo” compartir su experiencia y sabiduría conmigo.
En el transcurso del año, Rosa se volvió un ícono en el campus universitario, y hacía amigos fácilmente, donde quiera que fuese. Adoraba vestirse bien, y gozaba con la atención que le daban los otros estudiantes. ¡Ella disfrutaba de la vida!
Al final del semestre convidamos a Rosa para hablar en nuestro banquete de fútbol.
Jamás olvidaré lo que ella nos enseñó. Fue presentada y se aproximó al podio. Cuando comenzó a leer su discurso preparado, dejó caer al piso tres de las cinco hojas. Frustrada y un poco nerviosa, tomó el micrófono y dijo simplemente:
- Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa! Dejé de beber allá por Pascua, y este whisky me está matando! Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden nuevamente, entonces permítanme hablarles sobre aquello que yo sé.
Mientras nos reíamos, ella limpió su garganta y comenzó:
- No dejamos de amar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de amar. Existen algunos secretos para continuar jóvenes, felices y exitosos. Es necesario reír y encontrar el humor en cada día. Es necesario tener un sueño. Cuando se pierden los sueños, uno se muere. Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ¡no se dan cuenta! Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer. Si tienes 19 años y te quedas acostado en la cama por un año entero, sin hacer nada productivo, llegarás a los 20 años. Si yo tengo 87 años y me quedo en la cama por un año sin hacer cosa alguna, llegaré a los 88 años. Cualquier persona consigue envejecer. Eso no exige talento ni habilidad. La idea es crecer siempre encontrando oportunidades en las novedades. Para eso no se precisa ningún talento o habilidad. La idea es crecer siempre encontrando la oportunidad de cambiar. No tengas remordimientos. Los viejos generalmente no se arrepienten de aquello que hicieron, sino de aquellas cosas que dejaron de hacer. Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos.
Ella concluyó su discurso cantando alegremente “La Rosa”. Nos desafió a cada uno de nosotros a estudiar poesía y practicarla en nuestra vida diaria. Al final del año Rosa terminó el último año de la facultad que había comenzado tiempo atrás.
Una semana después de su graduación, Rosa murió tranquilamente en su sueño. Mas de dos mil alumnos de la facultad fueran a su funeral, en honor a la maravillosa mujer que enseñó, a través del ejemplo, que nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que podemos probablemente ser.

La furia y la tristeza


En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta....

En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas.
Había una vez… un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque. La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua…

Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza… Y así vestida de tristeza, la furia se fue. Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.

sábado, 26 de mayo de 2007

PUEDO!...

No se pierdan este vídeo y su historia... Un ejemplo de esperanza y de estar convencido de que QUERER ES PODER

Los dos protagonistas de este vídeo se llaman Dick y Rick Hoyt. Dick (de 65 años) es el padre de Rick, que tiene parálisis cerebral, ya que al momento de su nacimiento su cordón umbilical se le enredó en su cuello, lo que le cortó la circulación de oxígeno y sangre al cerebro durante algunos minutos.

Desde el principio los doctores daban un pronóstico más que reservado sobre el futuro intelectual del niño. Mas su padre y su madre estaban decididos a criarlo como una persona completamente normal. Sus padres tuvieron dos hijos más, y estaban convencidos de que Rick era tan inteligente como sus hermanos, ya que siempre quiso estar incluido en cualquier actividad, y sus padres hasta le enseñaron el alfabeto. Pero las autoridades de diferentes escuelas pensaban diferente, ya que pensaban que como no podía hablar no iba a poder entender.

Sin embargo, un grupo de ingenieros de la Universidad de Tufts, al haber visto un poco de evidencia de la inteligencia de Rick, le contaron un chiste, y según Dick, Rick se carcajeó. Entonces ellos entendieron que si podía comunicarse.

Estos ingenieros crearon una computadora interactiva con la cual Rick podía escribir con leves movimientos de su cabeza. El sistema funcionaba en pocas palabras con todo el alfabeto desplegado en la pantalla, Rick movia un cursor de letra en letra hasta llegar a la que quería usar, y con un movimiento de la cabeza la seleccionaba. Sus padres se sorprendieron al leer las primeras palabras de su hijo: "Go Bruins", cuando en esos momentos los Bruins despuntaban la Stanley Cup de hockey de los Estados Unidos, y se dieron cuenta que su hijo seguía con ellos los partidos.

En 1975 Rick fue aceptado por fin en una escuela pública, y convenció a su papá de competir en un maratón junto a él en beneficio de un jugador local de lacrosse que sufrió una parálisis debido a un accidente. Su papá nunca fue un corredor de largas distancias, pero aceptó a competir empujando a Rick de su silla de ruedas. Terminaron de últimos, pero consiguieron su victoria.

Poco a poco fue compitiendo en más eventos, y aunque al principio la actitud de sus "rivales" era intolerante, en siguientes competencias ellos más bien le deseaban éxitos y hasta hacían apuestas con él y su padre (siempre con la intención de hacerlo sentir uno más).

Después de cuatro años de maratones, Rick convenció a su padre de correr en un Triatlón, aunque su padre no sabía nadar, ni se montaba en una bicicleta desde los 6 años de edad. Por este motivo su papá entrenaba hasta 5 horas diarias 5 veces a la semana, una de las razones por la cual Rick considera a su padre su modelo a seguir. En su primer triatlón , en un Día del Padre, terminaron penúltimos.

Para los triatlones, su padre corre empujando la silla de ruedas, pedalea con Rick sentado sobre una silla especial y nada con un bote inflable pequeño, pero pesado y estable (donde Rick se encuentra acostado) amarrado a su cuerpo. Y Rick nunca se sintió con ninguna discapacidad cuando competían. De hecho, muchos competidores al pasar a la pareja le decían: "Vamos Rick"; o "Ayuda a tu papá Rick"... y cuando la pareja pasaba a competidores, también decían: "De no ser por ti no estaríamos compitiendo"....

Este es el link a su página oficial, porsia quieren visitarla: http://www.teamhoyt.com/

El tren de la vida


Un amigo me habló de un libro que comparaba la vida con un viaje en tren.
Un viaje muy interesante al ser bien interpretado.
Exactamente así, la vida no pasa de ser eso, un viaje en tren lleno de embarques y desembarques, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos momentos y en otras grandes tristezas.
Al nacer entramos a ese tren y nos entregamos en las manos de algunas personas que pensamos, estarán siempre en ese viaje con nosotros: nuestros padres, desgraciadamente eso no es verdad; en alguna estación ellos bajan y nos privan de su cariño, amistad y compañía irremplazables... además que personas interesantes y que pueden llegar a ser muy especiales para nosotros, abordaran el tren en algún momento.
También llegaran nuestros hermanos, amigos y maravillosos amores. Muchas personas toman ese tren, solo para pasear, otras encuentran en el viaje solamente tristezas, y otros circularan por él, listos para ayudar a quien los necesite.
Muchos al bajar dejan recuerdos eternos, algunos otros pasan por allí de tal manera que cuando desocupan sus asientos, nadie percibe sus ausencias.
Es muy común que muchos pasajeros, que nos son muy queridos se ubiquen en vagones diferentes al nuestro, por lo tanto nos vemos obligados a hacer el trayecto separados de ellos, eso no nos impide que durante el viaje atravesemos muchas veces con grandes dificultades nuestro vagón para llegar hasta el que es ocupado por nuestros seres especiales, solo que difícilmente nos podremos sentar a su lado, muchas veces puede haber alguien ocupando ese lugar.
Nada importa, el viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, despedidas.
Eso sí, jamás tiene retorno, siempre va hacia delante.
Hagamos el viaje de la mejor manera posible, tratando de relacionarnos bien con todos los pasajeros, sin hipocresías, buscando en cada uno de ellos lo mejor que tengan para ofrecer.
Recordando, siempre, que en cualquier momento del camino ellos podrán flaquear, es necesario entender esto pues, probablemente, nosotros a lo largo del camino, flaquearemos muchas veces, y seguramente habrá alguien que nos entienda como nosotros hemos entendido a nuestro prójimo.
El gran misterio, al final, es que jamás sabremos en cual parada nos bajaremos, y mucho menos nuestros compañeros y ni siquiera el que esta sentado más próximo a nosotros, justo en el asiento de al lado.
Me quedo pensando si al bajarme de ese tren sentiré nostalgia... creo que si la sentiré, al separarme de los amigos hechos durante el trayecto, será al menos doloroso.
El dejar a mis hijos continuar solos el viaje, será extremadamente triste, pero me agarraré a la esperanza de llegar, en algún momento a la estación principal, y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían en el momento de embarcar, y lo que más feliz me dejará será pensar, que yo colabore en el crecimiento de ese equipaje y en hacerlo más valioso.

Anónimo

jueves, 24 de mayo de 2007

El árbol de manzanas

(Dedicado a todas aquellas que pensamos que algo está mal con nosotras por el hecho de estar solas... A Violeta, Ana, Pau, Elizabeth, a todas mis queridas amigas)

Las mujeres somos como manzanas en los árboles...

Las mejores están en la copa del árbol. Los hombres no quieren alcanzar las mejores, porque tienen miedo de caer y herirse. En cambio, toman las manzanas podridas que han caído a tierra y que aunque no son tan buenas, son fáciles de alcanzar.

Así que las manzanas que están en la copa del árbol, piensan para si, que algo está mal con ellas, cuando en realidad, "Ellas son grandiosas". Simplemente tienen que ser pacientes y esperar a que el hombre correcto llegue, aquel que sea lo suficientemente valiente para trepar hasta la cima del árbol por ellas.

No nos caigamos para ser alcanzadas, quien nos necesite y quiera hará TODO para alcanzarnos.... La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior. Sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida, y al lado del corazón para ser amada...

miércoles, 23 de mayo de 2007

La mujer despues de los 30 años...


Mientras maduro en edad, valoro a las mujeres que pasan de los 30, más que a todas. Aquí hay unas pocas razones:

*Una mujer de más de 30 nunca te despertará en medio de la noche para preguntarte: ¿En qué piensas?… No le importa lo que piensas.

*Si una mujer de más de 30 no quiere ver un juego de pelota, no se sienta a quejarse. Hace algo que le entretenga. Y, usualmente, es más interesante que el partido.

*Una mujer de más de 30 se conoce a sí misma lo suficiente para saber quién es, lo que es, lo que quiere y de quien.

*A pocas mujeres de más de 30 les importa un bledo lo que tú puedas pensar sobre ellas o lo que hacen.

*Una mujer de más de 30 es digna. Dificilmente se pondría a gritarte en el teatro o en el medio de un restaurante caro. Pero por supuesto, si lo mereces, no dudará en matarte, si cree que puedes salirte con la tuya.

*Las mujeres adultas son generosas con los piropos, muchas veces inmerecidos. Ellas saben lo que es no ser apreciadas.

*Una mujer de más de 30 tiene la confianza de presentarte a sus amigas. Una mujer joven con un hombre, muchas veces ignorará hasta a su mejor amiga, porque no confía en el tipo.

*Una mujer de más de 30 no le importa si te atraen sus amigas, porque ella sabe que sus amigas no la traicionarán.

*Las mujeres de más de 30 ¡son brujas! Nunca tendrás que confesarles tus pecados, ellas siempre los saben.

*Una mujer de más de 30 se ve bien con pintura de labios color rojo brillante. No pasa igual con las más jóvenes y los trasvestis. Una vez superadas una arruga o dos, una mujer de más de 30 es mucho más sexy que sus contrapartes más jóvenes.

*Las mujeres mayores son directas y honestas Te dirán de inmediato si eres un idiota, o si estás actuando como tal. Siempre sabrás donde estás parado con ellas.

*Sí, adoro a las mujeres de más de 30 por múltiples razones. Desafortunadamente no es recíproco. Por cada deslumbrante, inteligente y bien puesta mujer de más de 30 hay un calvo barrigón con pantalones curtidos viéndose como un idiota con una muchachita de 22 años.

Damas, mis disculpas.

Andy Rooney.

COMENTARIO FINAL:

Para todos esos hombres que dicen: “Por qué comprar la vaca entera si puedo comérmela por pedazos? Actualícense!!!!! Hoy día el 80% de las mujeres está en contra del matrimonio.

Y por qué? Porque las mujeres se dieron cuenta de que no vale la
pena comprar el puerco entero para sólo comerse una salchichita !!!!

Escrito por Andy Rooney, corresponsal de 60 Minutes CBS.

El Mejor día


Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la media noche.

Tengo responsabilidades que cumplir hoy, soy importante.


Mi trabajo es escoger que clase de día voy a tener, hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso, o puedo dar gracias a dios porque las plantas están siendo regadas gratis.


Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero, o puedo estar contento porque mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.


Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme porque estoy vivo.


Hoy puedo lamentarme por todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.


Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.


Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.


Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela, o puedo estudiar y abrir mi mente enérgicamente y llenarla de nuevos y ricos conocimientos.


El día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma, y aquí estoy yo!... su escultor.


Lo que suceda hoy depende de mi, de nadie más. Yo debo escoger que tipo de día voy a tener.

Ten un gran día. . . Y disfrútalo!!!.

martes, 22 de mayo de 2007

Para saludarte hoy...


“…La distancia puede causar nostalgia, pero nunca olvido…”

De una forma positiva, aprendí que no importa lo que suceda, o lo ruín que parezca el día de hoy, la vida continúa, y el mañana será mejor.

Aprendí que se puede conocer bien a una persona, por la forma en que reacciona ante tres cosas:

- un día lluvioso, un equipaje perdido y los haces de luces de un árbol de Navidad que se entrelazan.

Aprendí que, no importa el tipo de relación que tengas con tus padres, sentirás su falta cuando ellos no estén.

Aprendí que “saber ganar” la vida no es lo mismo que “saber vivir”.

Aprendí que la vida, a veces, nos da una segunda oportunidad.

Aprendí que vivir no es sólo recibir, también es dar.

Aprendí que si buscas la felicidad, te ilusionas.

Pero, si centras la atención en la familia, en los amigos, en las necesidades de los demás, en el trabajo y en intentar hacer lo mejor, la felicidad te encontrará.

Aprendí que siempre que decido algo con el corazón abierto, generalmente acierto.

Aprendí que cuando siento dolor, no necesito ser un dolor para los demás.

Aprendí que diariamente necesito llegar y tocar a alguien.

A las personas les gusta un toque humano, sentir una mano amiga, recibir un abrazo afectuoso, o simplemente una palmada amistosa en la espalda.

Aprendí que aún tengo mucho que aprender.

Las personas se olvidarán de lo que dijiste…
Olvidarán lo que hiciste….
Pero nunca olvidarán cómo las trataste.

Se Fuerte!


Ser fuerte es amar a alguien en silencio.

Ser fuerte es irradiar felicidad cuando se es infeliz.

Ser fuerte es intentar perdonar a alguien que no merece perdón.

Ser fuerte es esperar cuando no se crea en el regreso.

Ser fuerte es mantenerse en calma en los momentos de desesperación.

Ser fuerte es demostrar alegría cuando no se siente.

Ser fuerte es sonreir cuando se desea llorar.

Ser fuerte es hacer a alguien feliz cuando se tiene el corazón en pedazos.

Ser fuerte es callar cuando lo ideal sería gritar a todos tu angustia.

Ser fuerte es consolar cuando se necesita de consuelo.

Ser fuerte es tener fe aunque no se crea.

Por eso, mismo durante la dura realidad y por más difícil que la vida pueda

parecer: ¡Ama y sé Fuerte!


lunes, 21 de mayo de 2007

Genesis - Not About Us

A little piece of something
Falling gently down down down
No one understands you like I do

I'd rather be beside you
Everything we know so well
Tell me what you feel now
Show me what you think of it

It's not about us anymore
It's all about the reasons
That we think we're fighting for
It's not about hate
It's not about pain we always feel
I know we have our problems
But we're not the only ones
It's not about you it's not about me
It's not about anger
It's more about the loneliness we feel

How can I begin to
Ask for some forgiveness
For all that we have taken
There's nothing left now

It's not about us anymore
It's all about the reasons
That we think we're fighting for
It's not about hate
It's not about pain we always feel
I know we have our problems
But we're not the only ones
It's not about you it's not about me
It's not about anger
It's more about the loneliness we feel

It's not about us
It's not about hate
It's more about the loneliness we feel, can you feel it
It's not about anger
It's not about wanting
I know we have our problems
But we're not the only ones, we're not the only ones
It's not about you, it's not about me...

domingo, 20 de mayo de 2007

Miedo


Muchas veces tenemos miedo...
Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer.
Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos.

Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.
Decimos que no, cuando queremos decir que sí.
Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todos cuando deberíamos cerrar la boca.
¿Por qué?
Si sólo vivimos una vez, no hay tiempo para tener miedo.

Entonces basta.
Atrévete, olvídate de que te están mirando.
Intenta la jugada imposible, corre el riesgo.
No te preocupes por ser aceptado.
No te conformes con ser uno más.
Nadie te ata. Nadie te obliga.

Muchas veces, esperamos que las cosas sucedan, y nos olvidamos de lo más importante: creer en nosotros mismos...
Nos conformamos en vez de arriesgarnos.
Nada está escrito. Nada está hecho.
Ni siquiera lo imposible.
Todo depende de decir "puedo" ante cada desafío.
Cuando estamos decididos, tenemos más poder...
Cuando estamos convencidos, cuando de verdad queremos algo, los obstáculos son menores...

Despierta!!.
Tienes 206 huesos y más de 700 músculos esperando.
Sólo falta tu decisión, tus ganas de jugar como nunca.
Pide la pelota, exígete más; vive sin domingos.
Corre cada día un poco más lejos. Salta cada día un poco más alto.
Conviértete en tu propio ídolo. Súmate a dar vuelta el marcador.
Cuando no esperes nada de los demás.
Cuando sientas que cada tanto depende de vos, tu espíritu se fortalecerá.
Y poco a poco, las voces se convertirán en ovación.
Tus respiros se llenarán de logros y tu vida de sentido.

Están los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la última.
Convencidos de que la vida misma es un desafío, sufren pero no se quejan.
Porque saben que el dolor pasa, el sudor se seca y el cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá: la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu, la determinación de alcanzar la cima; una cima a la que no se llega superando a los demás, sino superándose a sí mismo.
Tiempo sobra para los mediocres, pero tiempo falta para realizar tus sueños!

Cuando Seamos Grandes


Cuando seamos grandes,

no nos olvidemos que para las noches se hicieron los cuentos, y los reyes magos, y los duendes buenos; que sólo hace falta cuando llega el sueño tener bien a mano la voz de un abuelo.

No nos olvidemos que en una vereda cabe un mundo entero, de risas y ruedas, que no hay mar tan nuestro como el de la acequia, que con dos pedales de una bicicleta lo que queda lejos siempre queda cerca.


No nos olvidemos de las maravillas que guardan adentro, las cosas sencillas, los viejos cajones, la flor, la semilla.
La vida es un viaje y es cuestión de vida sentarnos al lado de la ventanilla.
Cuando seamos grandes va a ser muy bonito tener como amigos a los animalitos y gritarles cosas y entender sus gritos, y explicar los vuelos por el infinito... (los grandes no entienden a los pajaritos).

No nos olvidemos cuando seamos grandes que un beso es un modo de quedarse en alguien, que siempre es horario para acariciarse, que el amor es todo, que ternura es madre, que hay que estar temprano cuando se hace tarde.


Cuando seamos grandes no nos olvidemos de la fantasía, del sol y los juegos, y los cumpleaños, y el circo viajero, los payasos tristes, los muñecos buenos, la hermosa costumbre de decir:

¡TE QUIERO!