viernes, 22 de febrero de 2008

El circo


Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo cola para comprar entradas para el circo. Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresiono mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Sé veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la cola, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida.

El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: " Eres mi caballero de brillante armadura". Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: " Tienes razón ".

La empleada de la ventanilla pregunto al padre cuantas entradas quería. Él respondió con orgullo: "Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo". La empleada le indico el precio.
La mujer soltó la mano de su marido, ladeo su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este se acerco un poco mas y pregunto: "¿ Cuánto dijo?".
La empleada volvió a repetirle el precio.
¿ Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenia suficiente dinero para llevarlos al circo?.

Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, saco un billete de veinte dólares y lo tiro al suelo. (Nosotros no éramos ricos en absoluto. Mi padre se agacho, recogió el billete, palmeo al hombre en el hombro y le dijo: " Disculpe, señor, se le cayo esto del bolsillo".

El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incomoda. Miro a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomo la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lagrima rodándole por la mejilla, replico: " Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí".

Papa y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo, pero no nos fuimos sin nada...

La paz perfecta

Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas intentaron.


El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.

Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, el miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio de del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido.... Paz perfecta.

¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?

El Rey escogió la segunda. ¿Sabes porqué?

"Porque," explicaba el Rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."


Anónimo

domingo, 17 de febrero de 2008

Cumpleaños de Angélica

Este sábado 16 de febrero, en un día hermoso, con un sol radiante y divirtiéndose con sus amigas en la piscina, Angélica celebró sus 12 años. Todos la pasamos muy bien, especialmente la cumpleañera, que pasó 6 horas nadando, riendo, bromeando y con la energía de tan inocente edad. Les dejo las fotos que tomé, para que sean también invitados de primera en esta celebración!



viernes, 15 de febrero de 2008

Déjame estar a tu lado

Déjame estar a tu lado,
Siempre,
caminar tus caminos,
convertirme en tu sombra,
en tu compañía necesaria,
en tu ilusión,
en tu alegría.
Descubrir con tus ojos el mundo,
nuestro mundo.
Quiero vivir cada minuto amándote,
sin distancias,
sin miedos.
Déjame estar a tu lado
ser solos tú y yo
siameses,
amantes
confidentes
amigos
pareja
uno.
Déjame estar a tu lado
hallarme siempre allí
y ser feliz siendo realmente
tu compañera, tu complemento.

El Samurai



Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes.

A pesar de su edad, corría la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.

Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación.
Esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Con la reputación del samurai, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama.

Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.

Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzaba a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos -ofendiendo incluso a sus ancestros-.
Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el viejo permaneció impasible.

Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.

Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
-¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
El maestro les preguntó:
-Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio?
-A quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos.
- Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-.
Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo.

El Dolor

El dolor en sí mismo no es un mal que tengamos que evitar a toda costa.
El dolor es un maestro que nos puede enseñar muchas cosas.
El dolor nos instruye, nos dice que cambiemos, que dejemos de hacer una cosa y emprendamos otra,
que dejemos de pensar en cierta forma y empecemos a pensar en forma diferente.

Y cuando nos negamos a escuchar al dolor y a sus enseñanzas, lo único que nos queda es convertirnos en escapistas. Efectivamente, lo que decimos es:

no voy a escuchar,
no voy a aprender,
no voy a cambiar.

Las personas abiertas y que van creciendo no toman a regañadientes la pedagogía del dolor y buscan el cambio.

Intentan respuestas y correcciones adecuadas.

Los otros no escuchan las enseñanzas del dolor.
Se contentan con establecerse y vivir con el 10 % de su potencial humano. Se contentan con morir,
sin haber realmente vivido.

Mediante las verdaderas y permanentes relaciones del amor, podemos recobrar la aceptación de nosotros mismos, la realización de lo que valemos.
Si poseemos estas dos cualidades, todo lo demás se irá desplazando en dirección del crecimiento, por el sendero de la paz.

Cuando faltan el amor y el sentido del valor personal, lo único que queda es una existencia parcial.
Y así solo podremos lograr una fracción de lo que pudimos haber logrado y sido.

Aprendamos del dolor.

El Entusiasmo


La palabra entusiasmo proviene del Griego y significa tener un Dios dentro de sí.

La persona entusiasta o entusiasmada es aquella que es tomada por uno de los dioses, guiada por su fuerza y sabiduría, y por ese motivo podría transformar la naturaleza que lo rodea y hacer que ocurrieran cosas.

Sólo las personas entusiastas son capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano. Es necesario por lo tanto entusiasmarse para resolver los problemas que se presentan y pasar a una nueva situación.

El entusiasmo no es una cualidad que se construye o que se desarrolla. Es un estado de fe, de afirmación de sí mismo.

La persona entusiasta es aquella que cree en su capacidad de transformar las cosas, cree en si misma, cree en los demás, cree en la fuerza que tiene para transformar el mundo y su propia realidad. Está impulsada a actuar en el mundo, a transformarlo, movida por la fuerza y la certeza en sus acciones.

Es necesario creer en uno mismo, en la capacidad de hacer, de transformarse y transformar la realidad que nos rodea.

Dejar de un lado toda la negatividad, dejar de un lado todo el escepticismo, dejar de ser incrédulo y ser entusiasta con la vida, con quienes nos rodean y con uno mismo.

domingo, 3 de febrero de 2008

Arena - Chosen


Take a leap of faith...if you want to find out!

We live amongst you
In the guise of mortal men
You'll never see us in the crowd
We only look towards
What purpose we've been sent
And wait until the time is now

Take a leap of faith if you want to find out
Better hold on tight if you want to know how
Take a leap of faith if you want to find out
You have been chosen!

Imagine you can tell us all apart
From prophecy or old wives tales
Or from the warnings of a singular birthmark
But these are merely all false trails

Wisdom spat from the whirling chair
Shaking the bars
When they stop and stare...at me!!!

Take a leap of faith if you want to find out
Better hold on tight if you want to know how
Take a leap of faith if you want to find out
You have been chosen...now!!!

The faceless followers knelt in prayer
Near Whited sepulcres and lightly coded software


Freedom of speech
But we have no voice
Freedom of spirit
But we have no choice
Given no help
To meet these demands
Given no help
It's out of our hands

Never turn around
Never look behind
Got to turn the water into wine

Take a leap of faith if you want to find out
Better hold on tight if you want to know how
Take a leap of faith if you want to find out
You have been chosen...
Now!!!

El Hombre Y La Mujer (Victor Hugo)


El hombre es la más elevada de las criaturas;
la mujer el más sublime de los ideales.
El hombre es el cerebro, la mujer el corazón;
el cerebro fabrica la luz, el corazón el amor;
la luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón;
la mujer es invencible por las lágrimas;
la razón convence, las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos;
la mujer de todos los martirios;
el heroísmo ennoblece, el martirio sublima.
El hombre es un código;
la mujer es un sagrario;
el código corrige, el evangelio perfecciona.
El hombre es un templo;
la mujer es un santuario;
ante el templo nos descubrimos, ante el santuario nos arrodillamos.
El hombre piensa;
la mujer sueña;
pensar es tener en el cráneo una larva, soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano;
la mujer es un lago;
el océano tiene la perla que adorna, el lago la poesa que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela;
la mujer el ruiseñor que canta;
volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma.
En fin;
el hombre está donde termina la tierra,
la mujer donde comienza el cielo.

Tienes derecho, pero no debes.....

Tienes derecho, a enfadarte, pero no debes pisotear la dignidad de ninguna persona.

Tienes derecho a sentir celos del triunfo de los demás, pero no debes desearle mal, a las demás personas.

Tienes, derecho a caer, pero no debes quedarte tirado en el piso.

Tienes derecho a fracasar, pero no debes sentirte derrotado.

Tienes derecho a equivocarte, pero no debes sentir lástima de tí mismo.

Tienes derecho a regañar a tus hijos, pero no debes romper sus ilusiones de jóvenes emprendedores.

Tienes derecho a tener un mal día, pero no debes permitir jamás que se convierta en costumbre.

Tienes derecho a tomar una mala decisión, pero no debes quedarte estacionado en ese momento pasado.

Tienes derecho a ser feliz, pero no debes olvidar ser agradecido.

Tienes derecho a pensar en el futuro, pero no debes olvidar jamás el presente.

Tienes derecho a buscar tu superación personal, pero no debes olvidar tus valores morales.

Tienes derecho a triunfar, pero no debe ser a costa de otros.

Tienes derecho a inventar, pero no debes olvidar nunca a Dios.

Tienes derecho a vivir en paz, pero no debes confundir ese derecho inalienable con ser mediocre ó conformista en la vida.

Tienes derecho a vivir en la opulencia, pero no debes olvidar nunca compartir con los menos afortunados en la vida.

Tienes derecho a desanimarte, pero no debes perder la esperanza.

Tienes derecho a la justicia, pero no debes confundirla con la venganza.

Tienes derecho a violentarte, pero no debes dejar de ser cortés.

Tienes derecho a un mañana mejor, pero no debes nunca cimentarlo en un hoy fraudulento.

Tienes derecho a ser positivo, pero no debes ser arrogante con ninguna persona.

Tienes derecho a soñar, y enseñar a otros a soñar con un mundo mejor y solidario, con los menesterosos.

¡DE AHÍ EN ADELANTE HAS COMENZADO A FORJAR TU FUTURO!

Autor Desconocido.

Amar a un ser humano


Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.


Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su verdad interior por si mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.


Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto...si tú quieres recibirlo".


Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de si mismo duda, contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.


Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin
representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.


Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuanto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.


Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios limites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.


Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tu formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados obscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.


Autor: Andrea Weitzner