Un encuentro, reflexiones y cambios...

Esta semana tuve un repentino reencuentro con una vieja amiga, de las que estudiaron conmigo en la secundaria… Me encantó verla después de 15 largos años!!!. Esta chica y yo éramos las mejores amigas en ese tiempo, compartimos muchos de los años de la adolescencia y fueron muchas las cosas que vivimos juntas… María Montserrat era una de esas chicas que llevan el sol en su sonrisa, dulce, alegre, y cuando hablábamos de nuestros futuros lo alumbrábamos con la llama de la esperanza, repleto de grandes sueños!!!. Esta semana me encontré con una persona diferente, Dios! Cuanto hemos cambiado… los años pasan, supongo… Ya no sonríe como antes, de su alegría quedo muy poco, De sus sueños tampoco quedo mucho: Madre de 3 niños y ama de casa, pasa casi todo el día atendiendo a los chicos y a su marido, los estudios de medicina nunca llegaron, los viajes se truncaron … Yo, supongo que ella pensaría lo mismo de mi, no soy ni la sombra de la Alejandra que tuvo 17 años!!!.

Esto me lleva a preguntarme ¿qué pasa con la vida cuando culminan los años dorados de la adolescencia?, los sueños se van perdiendo, nos damos de frente contra la realidad de vivir y subsistir en un mundo en el que sino te mueves rápidamente te quedas atrás. La vida va cambiando y nos cambia a nosotros en la trayectoria. Al cabo de los años logramos estabilidad, esa misma estabilidad que detestábamos siendo más jóvenes, esa estabilidad que llamábamos monotonía, y que ahora nos da seguridad, porque con el paso del tiempo nos amoldamos a la rutina. ¿Seguimos soñando?, pienso que si, aunque con sueños más modestos, porque las responsabilidades, el trabajo, la familia son lastres para soñar como lo hacíamos de adolescentes… Hay que tener los pies sobre la tierra!! Me dijo alguien que quise mucho, ya que siempre miré más allá, siempre apunté a la estrella más lejana, segura de alcanzarla. ¿Qué me impidió llevar a cabo estos sueños?, la comodidad, el miedo, la pérdida de fe en la gente y peor aún en mi misma!. Soy lo que siempre temí ser, una más del montón que no luchó por lo que deseaba ser. Algo dentro de mi lucha por cambiar, por volver a apuntar alto, por creer que nunca es tarde para aventurarse a vivir. Cambiar el rumbo y encontrar un futuro diferente, en donde algún día diga: Lo intenté, luché con todas mis fuerzas y alcancé mi estrella. No quiero sentir que han pasado 20 años más sin hacer nada, solo dejándome llevar; no quiero sentir que no estoy haciendo nada por vivir, por vivir como deseo!, por encontrar nuevamente mis sueños… La vida es una sola, no hay una segunda oportunidad para intentarlo nuevamente, no te dan dos vidas para hacer las cosas que no hiciste en la primera, hay que despertar!!! Y darse cuenta que el momento para hacer lo que quieres es AQUÍ y AHORA!!!. Si no te gusta lo que tienes, has algo por cambiarlo, nunca te conformes con las migas que te dejan en el camino…