sábado, 14 de abril de 2007

Todos tenemos problemas....

Este es un fragmento del libro "El arte de combinar el SI con el NO" de Ricardo Bulmes, y quería compartirlo con ustedes, vale la pena leerlo:

LOS TRONCOS.
La vida es como el mar, inmenso, ilimitado, bello, profundo, fascinante.. ¡desafiante y peligroso! Vamos braceando en pleno océano: ¡Ahhhh... divino! En unas oportunidades nadamos rápido, otras suave y a veces las olas están tan tranquilas que nos provoca acostarnos sobre las aguas.
Pero en la mitad del recorrido del mar, mejor dicho de la vida o en cualquier parte de ella, se nos presentan uno troncos que nos impiden el nado, nos pegan duro y no nos dejan vivir.
-¿Con qué podemos comparar esos troncos?
-Con los problemas...
-¡Exacto!... Con los conflictos, las contradicciones, los miedos, los problemas o como dicen algunos "las situaciones problemáticas". Ahora bien, ¿cuantos tipos de troncos hay?, ¿cuantos tipos de problemas se nos pueden presentar a lo largo de toda la vida en la inmensidad del mar?
-¡Ufff!
-Ningún "¡Ufff!".... ¡¿Sabes cuantos?!
-¿Cuantos?
-¡Tres!, nada más.
-¡¿Tres!?, ¡¿tres problemas?!
-No, no tres problemas sino tres tipos de problemas: El de salud, el de relaciones humanas y el de cosas materiales. Mientras el cuerpo te dure vas a tener problemas, te visitará cualquier enfermedad física o mental: Un cáncer inesperado, tensión alta o baja, el colesterol y los triglicéridos, estrés, etc.; los choques con la gente que te rodea no te van a faltar; discusiones con tu pareja, tus hijos se volverán cada vez más incomprensibles, tus amigos se pondrán en tu contra, el ambiente con tus compañeros de trabajos se tornará insoportable, etc.; también lo material y económico nos causa mucha angustia: No te llega lo suficiente para cubrir el techo, ropa y otras necesidades básicas para la vida, o no puedes adquirir algunos bienes superfluos o algunas distracciones que te gustaría disfrutar.
El pero de los casos es que te invadan los tres problemas a la vez, pero uno u otro va a estar siempre en tu vida quieras o no. Por ejemplo, yo nunca he encontrado a nadie que esté satisfecho con las cosas materiales que tiene, quisiéramos cambiar de carro o pintarlo, conseguir otro tipo de ropa, comprar una casa nueva. No he visto una persona que esté plenamente conforme con su sueldo, jamás he oído esta frase: "Por favor, no me aumenten más porque me sobra el dinero"
Aunque los problemas sean muchos individualmente, siempre se reducen a estos tres tipos. Para todos se tiene la misma respuesta, si aprendes a solucionar o a enfrentar un problema afrontas los demás del mismo tipo. Todas las enfermedades se sobrellevan siguiendo estos tres pasos muy importantes: Primero cuidarse uno mismo, quién no se cuida ante cualquier enfermedad esta lo puede llevar a la tumba, segundo paso: Acudir a los médicos que son los que saben, y tercero: Usar las medicinas y recomendaciones que ellos indican. Los pasos para asumir los conflictos interpersonales son: Primero, tener mucha madurez humana que es la capacidad de no cortar con ninguna persona aunque se termine algún tipo de relación; segundo: Llenarse de una gran comprensión poniéndose en el lugar o en el punto de vista del otro, y el tercer paso se cumple con una inmensa capacidad de perdón y de aceptación hacia la otra persona. La falta de cosas materiales o los problemas económicos solamente se superan con el trabajo honesto, disciplinado y productivo. Aunque muchos solucionan los problemas económicos por medio d ela deshonestidad y el oportunismo, pero sin satisfacción persona. ¿Ves?
Si durante el recorrido por el mar solo se nos van a presentar esos troncos, en toda nuestra vida nos vamos a encontrar únicamente con estos tres tipos de problemas. Y poe estar pendientes de ellos, ¿te vas a perder toda la inmensidad del mar?, ¿vas a perder toda la vida? ¡No fastidies!
Además te recuerdo que ninguno de los troncos tiene raíz, los troncos están muertos, no tienen base ni fundamento, están flotando en el mar. Lo mismo decimos de los problemas, tampoco tiene raíz, están muertos flotando en tu mente. Cuando se te presenta uno de ellos, oye bien: "Cuando se te presente", no; "Si se te presenta", porque es seguro que con cualquiera te vas a topar, entonces no te abraces a él. no lo retengas, no lo quieras tanto... encima de que te pega duro, ¡¿lo vas a abrazar!?
¡Suelta ese tronco!
Algunos cargan un tronco hasta la muerte, no lo dejan por nadie ni por nada. Las cosas más fundamentales e importantes de la vida las realizan con él a cuestas, se casan y el tronco ahí, es más, son capaces de soltar a la pareja pero al tronco no, duermen... con el tronco al lado, comen con sus problemas como si estos fueran unos invitados especiales. No se desligan de ellos para nada, cuando trabajan están más pendientes de sus problemas que de lo que están haciendo, es decir, hacen del trabajo una carga pesada y aburrida, no una actividad placentera y productiva.
Otros pierden salud, amistades, oportunidades, carreras universitarias, cargos, pero el problema sigue con ellos. Dejan muchas cosas que valen la pena por algo insignificante, porque todo conflicto que no se pueda resolver no tiene caso invertir energías y tiempo en él.
Muchos, en vez de soltarlos, los defienden con muy buenos argumentos, cuando alguien les sugiere algo distinto para salir del atolladero en donde se encuentran, arremeten contra él y lo ven como a un enemigo. Prueba esto, por ejemplo, con un drogadicto, con un alcohólico o con cualquier persona que esté aferrada a algo que la está hundiendo o castigando.
-¡Suelta ese tronco!
-¡No!, ¡ese es mi problema! -Se acercan más a el y encima no te dirigen más la palabra, agregando de esta forma otro tronco más para su vida.
Abraza a alguien que te quiere y te acaricia, no a quién te golpea. Porque si tu te aferras a ese tronco y no te libras de él, te llevará donde tú nunca quisiste ni pensaste ir.
-¿Adónde me llevará?
-A la muerte.
Ese tronco te estrellará contra las roras, por eso te digo que no te agarres de él, empújalo poco a poco por el mar, el tiempo y la distancia lo llevará lejos. Y tú quedarás libre y así te prepararás para enfrentarte a un tronco nuevo porque éste no afecta tanto, el que daña es el tronco viejo, el de hace años. Algunos lo conservan baboso y mohoso, ¡el mismo problema de siempre!, no hayan ni como cogerlo pero él si sabe cómo apegarse a ti. Estás inmóvil en medio del mar aferrado a un tronco agobiado por algún problema sin saber qué hacer ni "pa'donde" ir.
-¿Y que hago?
-Cuando se te presente uno de esos troncos te vuelves un karateca: "¡Ahhh!", lo destruyes y lo conviertes en aserrín, De esta forma la corriente se lo llevará más fácil y muy lejos de ti. Deja que el pasado pase.
-Si, tu dices fácil "¡ahhh!", pero los troncos son muy duros.
-Si, es verdad, algunos son muy duros y no se pueden destruir con un simple golpe de kárate, pero no todos son duros...
-Es cierto, no había pensado en eso...
-Entonces, los que no sean muy duros, ¡karatazo con ellos!
¿Ves?
-Y con los que son muy duros, ¿qué hago?... ¡¿ah?!
-Cuando se te presente uno de los duros te zambulles y lo pasas por debajo, de ésta forma lo dejarás atrás y te lanzarás en búsqueda de otros. Cada tronco nuevo que te encuentres significa que estás avanzando en el mar, que estás aprendiendo de la vida. Así acumularás experiencias.
-Pero algunos troncos son muy gruesos y no es tan fácil cruzarlos.
-¿Pero verdad que no todos son gruesos?
-Si, tienes razón
-Los que no sean, los atraviesas
-Y los que si son, ¿qué hago con ellos? ¡Aja!
-Toma mucha fuerza y... ¡Zas!, los saltas. ¿Ves?
-Tu crees que eso es muy fácil, pero hay troncos en la vida que uno no puede con ellos. Algunos son muy pesados, duros y gruesos y al mismo tiempo anchos y muy altos, hay problemas que nos agobian y nos dejan sin fuerzas. ¿Que hacer con esos casos?
Cuando esto suceda, te recuerdo que en el fondo del mar, en lo más profundo de tu vida hay una gran roca que si tiene raíz y buen fundamento, esa roca es la fe en Dios, aférrate fuertemente a ella ¡
y no la sueltes!
Reza cuando no encuentres respuestas en la vida, acude a Dios y confía en el. No hay nada más seguro y aliviador que abandonarse en Dios que está en el silencio de tu alma y en la soledad del fondo del mar, a Dios no lo encontrarás en el batallar de las olas si antes no lo has experimentado en la quietud de tu ser. Descansa cuando de nada sirve luchar, no te tortures tanto, se fuerte y reposa en Dios. Una vez que te sientas fortalecido y aliviado. ¡te lanzas nuevamente a los problemas y soluciones de cada día! Así es las vida. Y vendrán otros troncos... y otros. Vendrán más problemas, más vida. Lo importante no es que no tengamos problemas, sino conseguir fuerzas alivio para enfrentarlos.
Algunos pretenden ignorar los problemas y siguen atormentados, agobiados... Sin paz. Los troncos de la vida seguirán , pero Dios te dará las fuerzas necesarias para enfrentarse a cada uno de ellos. En unos ganarás y en otros perderás, pero te enfrentarás. que es lo importante.
El último tronco con el que no podrás luchar es aquel que te vencerá, con el harán tu propio ataúd pero ese no es el que tienes ahora. El tronco de la muerte vendrá solo, no lo adelantes ni lo busques porque nadie te lo quitará... Ese tronco está seguro.
No pierdas la vida por algún problema, no vale la pena.


2 comentarios:

Violeta J. dijo...

Sabes?? Me recuerda a Jorge Bucay. Lo que pasa que Jorge Bucay lo expresa con cuentos y este con metáforas!! A partir de ahora me veo expulsando troncos de mi vida!!!
Me ha gustado mucho la metafora, y la forma de escribir, y hace que le des vueltas a la cabeza.
Asi no nos oxidamos, jeje. Gracias cielo por hacernos pensar!!!

Alejandra dijo...

Los libros de este autor son geniales! me hacen morirme de la risa con sus metáforas, y todas son excelentes!!!. Voy a ver si publico otras, ya que todas dejan buenos mensajes.