sábado, 16 de junio de 2007

Pedacito de una velada... Triste...

Esa noche sentía el peso de la tristeza sobre mis hombros, y quería escapar a refugiarme en el caparazón de mi soledad, porque solo allí me sentía aliviada. Pero no, el estaba frente a mi, hablando, muy animado y yo tratando de llevar los dos mundos que corrían paralelamente, acallar un poco los pensamientos para sonreír como una autómata después de cada comentario, subir la mirada, agregar algunas palabras, y seguir allí como si no me sintiera morir. Frente a mi, sobre la mesa estaba en trago que a penas había probado; mi mirada se perdía entre las gotas del vaso que se deslizaban, semejando a las lágrimas que quería derramar, y en la forma de los hielos que flotaban, derritiéndose poco a poco, así como se diluía la tristeza en mi... o yo en ella. Tomé un poco de aire para sonreirle nuevamente a mi acompañante, que en ese momento respondía una llamada a su móvil. Miré a nuestro alrededor, el ruido, la gente, muchas voces mezcladas hacían que lo que entraba a mis oídos fuese una especie de masa pesada, difícil de distinguir. ¡Cuantos rostros!, ¡cuantos mundos a mi alrededor!, y yo en mi órbita personal, tomando conciencia de lo que nunca vemos, las miradas, las sonrisas, los gestos, las risas, yo estaba allí sentada pero a la vez tan distante... ¿Que hago aquí? me preguntaba una y otra vez. Me excusé y me dirigí al tocador, como siempre repleto de mujeres, chicas riendo de manera escandalosa, retocando sus maquillajes, hablando por el móvil, y yo entré a uno de los compartimientos, cerré la puerta, me recosté y al fin dejé escapar un par de lágrimas que tenia atascadas y que ya no podían seguir conteniéndose. ¿A donde se habían ido a parar todos esos escritos y relatos de autoestima y crecimiento personal que leía a diario? No podía recordar nada, volvía a ser la misma chica extraña, viviendo en un mundo ajeno, tratando de aparentar lo que no era, haciendo mi papel, porque hacía mucho que sabía interpretar una buena actuación. Enjuagué mis lágrimas, soné mi nariz, y de vuelta a la mesa. "¿Te pasa algo?"- Preguntó el con toda la amabilidad del mundo, -"No querido, es solo que estoy algo cansada", dije tratando de sonar lo más convincente que podía, a la final el no tenía culpa, el solo estaba allí, en lo que para mi era un mal momento. Luego llegó el mesero a poner la mesa, ni cuenta me di cuando ordené y la verdad no tenía idea de que fue lo que pedí, pero esto tampoco tenía mucha importancia, di las gracias educadamente y para seguir con el juego dejé escapar un par de frases trilladas al estilo de "¡esto luce sensacional!". Probé el primer bocado y mi mente se empeñaba en quitarle sensaciones a las cosas, no podía distinguir los sabores, las texturas, simplemente no sabían a nada. Continué jugando con los cubiertos, llevándolos a la boca de manera maquinal, hablando de cualquier cosa aunque también esas conversaciones estuvieran programadas, dejándo el "automático" para seguir en mi debate interno, el cual no me llevaba a nada. El vacío seguía apoderándose secretamente de todo, similar a un agujero negro, tragándose las emociones, las ilusiones y las esperanzas... Hasta que por fin subí la mirada y esperé que sus ojos se detuvieran en los míos para decirle: "Por favor, Llévame a casa, no quiero estar aquí..."

3 comentarios:

Soros dijo...

He paladeado tu relato, por la atención que le he puesto. Por lo bien que describes la soledad mientras estás en compañía y entre multitud. Mientras te rodea el bullicio que, otras veces, te gustó pero en el que ayer flotabas ajena y te desvanecías como el humo imaginario de un recuerdo.
Muy bonito el encontrarse tantas veces, a uno mismo, en lo que escriben los demás. O, al menos, creer entenderlo un poco.
Un saludo muy silencioso.

Violeta J. dijo...

Cieloooo!! Venga arribaaaa, ese animooo, que salga a la superficieeee!!!! No decaigas mi niña, que aqui estamos para sujetarte!! Lo bueno llegará, de verdad, a lo mejor se hace de rogar pero llegará. Intenta sonreir de corazón, sentirte bien.. poco a poco todo se resolverá!!!
Te quiero mi niña!!! Cuidate mucho, y no me gusta verte tan triste!!!! Besos!!!!!

Anónimo dijo...

Ufff Yo Tambien Me He sentido asi algun dia en salidas con mis amigos..
se lo que se siente...espero que no sientas tanta soledad otra vez....`por lo que Lei ...hay demasiada gente que estima mxo... bueno ahora espero que tengas mejor animo ..en las cosas mas chicas esta la felicidad ....eso si saludos
filitos